Diarios de una bicicleta

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Para gente con ganas de salir de casa

Navarra: Pamplona y San Fermín, crónica del encierro.



Hoy terminan los San Fermines 2009 y de nuevo tras el tradicional "Pobre de mí" se ahogarán los gritos de júbilo y alegría hasta el próximo año. Este año he estado durante cinco días en el que he visto de todo, pero bueno, eso en San Fermines no es ninguna novedad, si no sólo tenéis que visitar la entrada del Blog que hice hace un año:

San Fermin 2008

 
Y es que parece que la gente viene a Pamplona-Iruña porque el día anterior hubieran ido al médico y el doctor les hubiera diagnosticado dos días de vida, viernes y sábado. Sí, debe ser esto, sino no se explica que la gente se juegue la vida frente a unos morlacos de 600 kilos sin saber ni siquiera de qué van las fiestas, que se tiren de una fuente de 5 metros de altura esperando que algún solidario australiano haga de improvisado colchón, o que, directamente a causa del ciego que llevan encima se caigan por las murallas (este año el más ridículo todavía, en el foso donde están los patos)

Y claro, si el doctor les ha dado un diagnóstico de dos días de vida... no creo que les recete arrasar con su existencia. Buena imagen de esto es la imagen de arriba (por supuesto no es mía, es de Diario de Navarra). Unos más que probable guiris, que tras beber cantidades indecentes de alcohol se meten a correr el encierro, aún no saben muy bien de qué va ya que no saben donde se tiran los tomates de la Tomatina (debe ser en otra calle), saben que la gente que lo hace serán recordados como unos tipos realmente intrépidos y valerosos, unos John Wayne del far west o como el tipo duro de Crocodile Dundee. Entonces atraviesan las enormes vallas de madera, preparados para lo que venga, a base de unos cuantos empujones se hacen un hueco en la mítica calle Estafeta. Los minutos pasan y no sucede nada reseñable, tan sólo que cada vez hay más algarabía. Y entonces sucede todo.

Suena un cohete, las miles de personas que se apelotonan en el recorrido empiezan a correr como si una estampida de búfalos se tratara. No se sabe muy bien que sucede en los siguientes minutos porque no se ve nada, únicamente se oyen voces (más bien gritos y berridos) y unos cencerros cada vez más nítidos. Y entonces pasan ellos, y también pasan sus vidas por delante mientras intentan contener la respiración y la orina, se encuentran a merced de lo que esos musculosos astados quieran hacer con ellos, si jugar durante un rato y luego clavarles una buena cornada o cambiar el orden y primero clavarles el cuerno y después jugar con ellos,el orden de los factores no altera el producto. Y es en ese momento cuando deciden que le den por culo a los toros, a los dos días de vida y a todo.

3 comentarios

Anónimo dijo...

Descomunal crónica...y que cara que me tienen los pobres...si es que en el fondo ya lo dicen los catalanes "a més de cornuts, pagant el beure"

david dijo...

Tu ho has dit Albert, tenen una cara que és com un poema. Adéu!

Corredor dijo...

Muy buena la crónica del encierro, ¡estos giris estan locos! un saludo desde Valnencia

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